Mi seudónimo y mi historia
Mi seudónimo es Nola Aone y soy un escritor galés. Escribo novela histórica, ambientada en paisajes y contextos históricos inspirados en mi tierra así como en Reino Unido e Irlanda.
Sinopsis de mi próxima novela>
Entré a la habitación, húmeda y sombría, llena de luces y sombras y con un silencio sepulcral. Sentado junto a la ventana un hombre devorando libros noche y día. Leía mucho y conversaba poco, decía que las palabras se las lleva el viento si no las escribes, pero también me decía 'si cuando has de hablar no vas a agradar, mejor es callar', se lo decía su madre de pequeño. Probablemente ese fuera el motivo por el que no me dirigía la palabra desde aquel estúpido día en que me sacaron de la pequeña granja de mis tíos y me hicieron jurar fidelidad al clan McCant y a mi futuro marido.
Tanto silencio me mataba y me consumía, no estaba dispuesta a hacer de criada y de mujer perfecta en pleno 1645, en mitad de la Guerra de los Tres Reinos. Tenía dudas, sin embargo, cogí el viejo saco de mi difunto padre y metí cuatro mudas y un par de vestidos, tampoco podía ser demasiado abultado, no debían advertir mi huida. Cogí un viejo caballo del establo y me dirigí a la ciudad. Me embarqué en una historia apasionante, llena de riesgos y emociones. Miles de personas diferentes me acompañaron en ella: comerciantes, señoras de compañía, amas de casa aburridas, militares...y por fin llegué a la corte de Inglaterra, donde hice lo imposible por dejar lo mejor parado a mi pueblo en aquella horrible guerra.
Ya no era tan joven para cuando lo logré. Un día desperté y me temblaban las piernas, tosía sangre y tenía la piel de color amarillento. Fue entonces cuando me pregunté a mi misma si no era acaso hora de volver a casa y escribir todo aquello que me había sucedido, tal vez mi marido se decidiese a leerlo algún día. Cuando llegué todo seguía igual, mi marido continuaba sentado con un libro en la mano y el silencio era exactamente igual. No lo entendía, llevaba años sin verme. ¿Qué ocurría? Bajé los escalones de la casa exaltada y salí en busca de alguien del pueblo. No había nadie. Llegué al pueblo más cercano y sin aliento, creyendo morirme le pregunte a una vieja anciana que andaba tejiendo:
- Disculpe, ¿qué es lo que ha pasado en Tintern?
- Oh, pobre mujer, hace años que lo tuvieron que abandonar por la guerra...fue muy duro para todos. Ya no queda nadie allí.
- Sí, sí. Aun queda allí mi marido, el señor McCant.
- ¡Dios santo!Al señor McCant se lo llevaron preso en 1642 los ingleses y lo condenaron a la horca.
Comentarios
Publicar un comentario